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s. f.
Modalidad de escalada que se practica en paredes o pendientes de hielo o nieve dura y que por su dificultad requiere el uso de equipamiento y material de seguridad específicos como crampones, piolets, tornillos de hielo, etc.
El grado de dificultad de la especialidad de escalada en hielo está directamente relacionado con la inclinación de la pared y con el grado de compactación y dureza de la nieve, desde la nieve blanda hasta el hielo sólido. El escalador suele progresar gracias al uso de crampones en los pies y de un piolet técnico en cada mano.
El equipamiento para asegurarse durante la ascensión es parecido al de la escalada en roca, con algunas variaciones por loque se refiere al anclajes de los elementos de seguridad en el hielo (tornillos de hielo, estacas, etc.). La botas suele ser rígida, impermeable y fabricada en piel o plástico. El crampón más habitual es el de 12 puntas, con ataduras automáticas, semiautomáticas o de correas. El guetre, sobrecalza o polaina cubre y enlaza la junta de las botas con los pantalones impemperabilizando esa zona y evitando que entre nieve o hielo en la bota. El piolet se usa por duplicado, uno en cada mano, y es técnico, más corto de mango y con un ángulo más marcado en la pica. El mango del piolet también suele estar ligeramente curvado para proporcionar un mejor ángulo de ataque con respecto al plano de la pared. Además, los piolets cuentan con una dragonera que los enlaza con el antebrazo. Por último, la ropa debe ser necesariamente impermeable, transpirable y que evite una excesiva pérdida de calor corporal. Tradicionalmente se han preferido las prendas de plumas, pero las nuevas fibras se usan cada vez más.
Por lo que se refiere a la seguridad, se suele progresar en cordada, para lo que se usa una cuerda dinámica especialmente diseñada y preparada para el hielo y la nieve, con un diámetro en torno a los 10 mm y una longitud alrededor de los 40 m. Los clavos suelen ser de tubo, de 10 a 25 cm de largo y con una estría para ser enroscados en el hielo. Las estacas y anclas se usan en nieve dura, donde los clavos no son efectivos. Son de aluminio, grandes y aparatosas. Se clavan con el martillo o golpeándolas con la bota. Para mayor seguridad, se entierran en la nieve y se deja a la vista el cable o el cordinos al que se une el mosquetón. En nieve dura también se pueden tallar grandes setas y atar cordinos a ellas. Otras técnicas menos ortodoxas consisten en enterrar el piolet, usar estacas horizontales o incluso mochilas como anclas de las que asegurarse. Asimismo, también se aprovechan los posibles anclajes en roca con técnicas de la escalada mixta y mediante el uso de un friend, un fisurero, un calvo de roca o un anclaje con cinta o cordino a un saliente de roca. El arnés, la cinta exprés, el disipador, el descensor, el mosquetón y otros dispositivos de bloqueo son comunes con la escalada en roca.