Un camino que parte del extremo norte de montañas: Machu Picchu">Machu Picchu atraviesa la estrecha lengua de tierra que conecta las montañas Machu y Huayna Picchu. A continuación, el sendero se bifurca y el ramal derecho asciende a la cima. Su construcción debió ser ardua y en extremo peligrosa, ya que se trata de un camino muy empinado, estrecho, que incluye varios tramos con escalinatas talladas en la roca viva al borde mismo en la pared vertical de roca. Al final, y coronando el Huayna Picchu hay algunas construcciones menores, incluyendo una portada y una piedra labrada grande a modo de trono que se conoce como Silla del inca. No obastante, lo más interesante aquí es la vista que se tiene de las ruinas y del Urubamba al fondo del Cañón, cuyas aguas turbulentas se oyen tronar aún en un sitio tan elevado. El nevado Salcantay (sacralizado por los incas) es también visible desde este punto, como lo es también la curiosa alineación que se da entre el Huayna Picchu, la cumbre del Machu Picchu y el mencionado nevado, que según Johann Renihard es una de las principales razones por las que Machu Picchu fue importante en tiempos de Pachacutec (1438-1572).
El otro camino va hacia la parte posterior de la montaña y lleva hasta a uno de los más notables complejos de construcciones subterráneas de la región. Se trata de varias cuevas, algunas de las cuales han sido forradas (a una escala mayor que en el Mausoleo de Machu Picchu) con bloques de fina cantería que han sido tallados para encajar con precisión con los contornos irregulares de las grandes afloramientos rocosos que les sirven de techo. Los muros, de carácter claramente ornamental, incluyen falsas portadas y nichos trapezoides de doble y triple jamba. Si bien su función específica se desconoce, está claro que se trata de un conjunto de construcciones de élite por el esfuerzo que debió de requerir su elaboración. Se cree que pudo tener usos funerarios y que todas las tumbas fueron saqueadas en algún momento de la historia de la región.
Para llegar hasta la cumbre del Huayna Picchu es necesario aproximadamente una hora y media caminando desde la ciudad. Desde la cima, parte otro camino cuesta abajo hacia el río Urubamba.