Desde al menos el siglo XIX, el atractivo de las montañas del macizo del Mont Blanc y, especialmente, de su pico más alto, el Mont Blanc, convoca año tras año a un buen número de turistas, especialmente en la parte francesa del macizo, lo que ha transformado radicalmente la región, sus costumbres y su cultura.
Una de estas transformaciones ocurrió por el nacimiento en Chamonix del alpinismo. Durante el siglo XX, el Mont Blanc se consolidó como destino predilecto e inevitable de multitud de aficionados a la montaña: en la primavera con esquí de montaña, principalmente desde la estación inferior de la Aigulle du Midi y los Grands Mulets; y en verano desde Las Houches y Aigulle de Gouter, donde se encuentra el refugio del mismo nombre. Ninguno de estos dos itinerarios son de gran dificultad, y el itinerario de verano está clasificado como poco difícil (PD). Pese a esto, y especialmente el itinerario con esquíeses constituye una empresa a considerar para montañeros sin la experiencia y la capacidad adecuadas. Existen otros muchos itinerarios, algunos de ellos, sobre todo por la vertiente italiana, extremadamente difíciles. Cualquier intento de cima o aproximación tiene que ser previamente evaluada y documentada en las oficinas que las asociaciones de montañismo o de guías de montaña en Chamonix, Las Houches o Courmayeur. Pese a estos eficaces servicios, cada año los accidentes graves en el Macizo se cuentan por centenares.
En 1760, el ginebrino Horace-Benedict de Sausure, viajó a la región del Mont Blanc y ofreció una considerable suma de dinero a la persona que abriera un camino practicable hasta la cumbre del Mont Blanc. Se sucedieron varios intentos hasta que el 8 de agosto de 1786 Jacques Balmat y el doctor Michel Paccard fueron los primeros en llegar hasta la cumbre y culminar el descenso. Un año después, el promotor de esta aventura, Horace-Benedict de Sausure, pisó también la cumbre acompañado de un grupo de guías de Chamonix.
El tour du Mont Blanc es un gres que gira alrededor del macizo del Mont-Blanc a través de Francia, Italia y Suiza. Dependiendo de la capacidad física, época del año, y días disponibles para su realización se pueden afrontar diversas alternativas. Existe la posibilidad de completar el tour en diez días incluyendo viaje ida y vuelta y la división del recorrido en seis etapas con uno o dos días para conocer la región, descansar o hacer frente a cualquier otro contratiempo.
Es habitual desplazarse hasta Chamonix, cuna del alpinismo, y establecer aquí la base para el recorrido. Desde esta ciudad se inicia (concretamente en la cercana Les Huches, localidad donde se cogen los remontes para la ascensión normal al Mont-Blanc) y acaba el tour, aunque si se dispone de pocos días es conveniente usar el transporte público y desplazarse hasta la vecina Contamines y hasta la última parada en Notre Damme de George; para comenzar aquí con dos etapas menos (les Huches - Bionnassay- Refugio Nan Barrant).
Notre Dame de George - Refugio de la Croix de Bonhomme. Duración: 5 horas. Cota mínima a 1.400 m; cota máxima a 2.433 m. Lo más impresionante es la subida al gran Col de Bonhomme, de una belleza sobrecogedora.
Le Bonhomme (2.400 m) - refugio Elisabetta Saldini (2.200 m). Duración: 6 horas. Cota mínima en el refugio de Mottets a 1.879 m; cota máxima en el col de Seigne a 2.516 m. Conviene tener presente el ardua ascenso hasta el col de Seigne, frontera natural entre Francia e Italia, con bellas vistas a la cara sur del Mont Blanc y el Cervino. Justo en la base del col de Seigne, se encuentra el refugio de Mottets (1.879 m), donde se puede hacer algún descanso u optar por una variante del recorrido.
Elisabetta Saldini (2.200 m) - refugio Bertone (1.991 m). Duración: 7 horas. Desde Elisabetta, con el bello glaciar a sus espaldas y el lago Combal abajo, se inicia un descenso hasta la ciudad italiana de Courmayer, donde existe la posibilidad de regresar, a través del túnel du Mont-Blanc, hasta Chamonix o por la montaña siguiendo los telesillas del Punta Helbroner y de la Aguile Du Midi hasta Chamonix, muy recomendables por las inmejorables vistas de todo el macizo nevado.
Refugio Bertone (1.991 m) - refugio Elena (2.062 m). Duración: 5 horas. Cota mínima en La Vachey a 1.642 m; cota máxima en el pas de Deux Sants a 2.524 m. Cabe destacar la impresionante vista del Mont-Blanc y de las Jorasses, así como de las primeras estribaciones de los Apeninos. Desde Courmayer hasta La Vachey hay una carretera que puede ser otra alternativa más cómoda.
Refugio Elena (2.062 m) - refugio d'Arpette (1.642 m). Duración: 9 horas. Cota mínima en Issert a 1.055 m; cota máxima col Ferret a 2.537 m. Se trata de una larga etapa en la que hay que superar el arduo col de Ferret, frontera entre Italia y Suiza. Desde este punto, se goza de las bellas vistas del valle de Ferret y se puede observar el recorrido del descenso hasta el refugio de Ferret. Desde este refugio, a una hora de subida hasta el refugio d'Arpette, parte una carretera hasta Champex, bella ciudad suiza con un gran lago y todas las comodidades.
Refugio d'Arpette (1.642 m) - col de Balme (2.191 m). Duración: 8 horas. Cota mínima en Chu du Glacier a 1.583 m; cota máxima en Fenetré a 2.665 m. Cabe destacar el espectacular y duro recorrido de ascenso y, sobre todo, la bajada de la Fenetré junto al Glaciar del Trient, para finalmente disfrutar con las vistas del Mont Blanc en el camino hasta el refugio de Balme.