Es notoria la intensa glaciación del macizo, con un total de diez grandes glaciares que rodean al cerro por sus cuatro puntos cardinales. No obstante, este fenómeno es, naturalmente, más evidente en la vertiente sur del cerro. Por la vertiente argentina se extienden, de sur a norte, los glaciares Frías, Alerce, Castaño Overo y Manso; mientras que por la vertiente chilena, también de sur a norte, se encuentran los glaciares Peulla, Casa Pangue y Río Blanco.
En los alrededores crecen los bosques nativos de lengas, ñires, coihues y cañas colihues, entre otras especies autóctonas. Aquí habitan huemules, pumas, pudúes, zorros y pájaros carpinteros.
El nombre del cerro podría tener su origen en las frecuentes caídas de seracs en los glaciares, que producen estruendos similares a los de los truenos.