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    La bolsa de dormir nos debe permitir pasar una noche de sueño confortable. Por lo tanto, debe estar diseñanda para la actividad a realizar. De nada sirven las bolsas de pluma dobles en los trekking patagónicos durante el verano. Asimismo, una bolsa simple de hollofil puede ser muy poco abrigada en altura. Vale recordar algunos conceptos: Una buena bolsa de dormir de duvet, doble, pesa alrededor de 1800 gramos. No es conveniente almacenar por tiempo prolongado la bolsa de dormir dentro de su funda, pues el relleno se apelmasa y pierde sus propiedades elementales. Es de vital importancia que la bolsa de dormir se conserve seca en su funda. Normalmente lo que se pretende de una buena bolsa es que tenga la mayor capacidad de aislación térmica con un mínimo volumen y peso a transportar. El material aislante en las bolsas es su relleno, del cual existen dos tipos bien definidos: duvet y fibras sintéticas. El duvet es un tipo de pluma que se obtiene del pecho y cuello del ganso. Se caracteriza por ser pequeña, muy suave y de gran compresibilidad. Previo su uso en la bolsa, se someten a un proceso especial de lavado. Las fibras sintéticas han evolucionado y mejorado sus características, acercándose al duvet. Las más modernas, como el hóllofil y el quállofil, tienen canales en su interior que contribuyen a formar cámaras de aire estancas. Otras, como el poliester, si bien son muy usadas por algunos fabricantes, no resultan aconsejables cuando las temperaturas son menores a los 10º C. Es dificil determinar cual es el material más adecuado, pero una comparación de sus caracteristicas más importantes puede aportar alguna luz. La relación peso-abrigo del duvet no ha sido aún superada por las fibras sintéticas: para lograr la misma asimilación, una bolsa deberá tener unos 1000 gramos de duvet o 1800 de quállofil. Otro aspecto a favor de la pluma es su capacidad de respiración: la condensación de humedad en las bolsas con duvet es considerablemente menor. Sin embargo, en ambientes húmedos o ante una inesperada lluvia la pluma se apelmaza, absorbe mucha agua y pierde su capacidad de abrigo, con una demora importante en secarse; mientras que las fibras sintéticas -gracias a su mayor rigidez- conservan su capacidad aislante. También hay que comparar el vólumen. Otra consideración de importancia es el precio: generalmente las bolsas de fibras sintéticas son más baratas que las de duvet. Las telas usadas en la fabricación de las bolsas suelen ser tafetas de nilon. Algunas especiales, como el ripstop o el cire apto duvet; son las más apropiadas para ser rellenadas con plumas. Gracias a un tratamiento térmico especial, que reduce el diametro de los poros, evitan que las plumas se escapen por estos. Otro revestimiento interesante es el gore-tex. Sus particulares poros permiten una perfecta evaporación de la húmedad condensada en el interior, pero la tela es impermeable a la lluvia. Es un material caro. Las bolsas con cierres relámpago resultan cómodas y permiten reducir el abrigo en noches calurosas. Pero las costuras de los cierres son puntos fríos, el calor se escapa por ellas, además, el cierre puede trabarse o romperse. En cuanto a diseños, el tipo de momia o sarcófago es el más eficiente. Las rectangulares permiten más movimientos, pero su capacidad de abrigo es menor.

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