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  • Edmund Hillary

    Alpinista y explorador

    Nueva Zelanda

    (1919-2008)

    Edmund Hillary en 2004. Foto de Mariusz Kubik

    Nacido en el sur de Auckland (Nueva Zelanda), apicultor de profesión, Edmund Hillary se inclinó hacia la escalada desde muy joven tras una escursión escolar a Ruapehu. Durante la Segunda Guerra Mundial formó parte de la aviación neozelandesa. El 29 de mayo de 1953 Edmund Hillary se convirtió junto con el sherpas Tenzing Norgay en uno de los dos primeros hombres en alcanzar la cimas del monte montañas: Everest">Everest, el techo del mundo. Posteriormente, participó en diversas expediciones científicas y llegó a ser el primer hombre en conquistar tres hitos de la historia: la cima del mundo, el polo Sur y el polo Norte. Destacó, asimismo, por su intensa actividad humanitaria y social, especialmente en beneficio de la población sherpa de Nepal.

    En 1950, Edmund Hillary tiene por primeras vez la posibilidad de escalar en los Alpes suizos y austriacos Al año siguiente iniciará su larga relación con el Himalaya. Con otros tres escaladores de su país, Edmund Hillary organiza y financia su propio viaje para escalar en las montañas del Garhwal (India), donde realizan la primera ascensión de seis cimas vírgenes de más de seis mil metros. En ese mismo momento se está organizando en Inglaterra la expedición de reconocimiento del Everest que dirigirá Eric Shipton. Hillary es invitado a participar en ella.

    Hasta este momento todos los intentos se han realizado por la vertiente norte, pero la cruel invasión del Tíbet por los ejércitos chinos había hecho inaccesible para los ciudadanos occidentales aquella antigua línea de aproximación. En el transcurso de esta expedición de reconocimiento se va a descubrir la ruta de ascenso por la vertiente sur de la montaña, que dos años después sería utilizada para la primera ascensión. Al año siguiente Hillary volverá al Himalaya para participar en la expedición británica que intentará, como entrenamiento para el Everest, el Cho Oyu (8.201 m.). No conseguirán la cima, pero para el final de la expedición Eric Shipton tendrá seleccionado el núcleo de alpinistas que formarán parte de la expedición del año siguiente.

    Shipton tiene claro que contará con los neozelandeses Hillary y Lowe. Al ser sustituido Eric Shipton por John Hunt como jefe de la expedición de 1953, éste, deseoso de tener en Londres durante los preparativos a todos los miembros, está a punto de no invitar a los neozelandeses. Finalmente lo son, y lo que viene a continuación todos lo sabemos: el 29 de mayo, Hillary en compañía del sherpa Tensing Norgay, alcanzará la cima del techo del mundo.

    Sin embargo, su ascensión no fue en absoluto fácil. Tras ella se esconde una gran voluntad y una mejor preparación física. Sólo pocos días antes de la fecha de su ataque, Tensing y él tendrán que realizar un gran esfuerzo para ayudar en la pared del Lhotse. Más tarde, las enfermedades que sufren diversos miembros del equipos de apoyo, les obliga a trabajar muy duro en su escalada al campo IX, hasta el punto que Hillary tiene que transportar 28,5 kilos. Además, ha de cavar, sin oxígeno, la plataforma situada a 8.500 metros en la que instalarán la tienda. A la mañana siguiente, debido a un error logístico, tienen que ascender usando solamente tres litros de oxígeno por minuto, en vez de los cuatro previstos, sacando por ello menos partido a este importante elemento. Durante todo el ascenso y descenso, Hillary ha de hacer cálculos, y ajustar el consumo de los equipos de oxígeno.

    Posteriormente, Edmund Hillary participó en diversas expediciones de carácter científico, entre ellas la que realizó la gesta de atravesar el continente Antártico hasta el polo Sur, lo cual hizo en compañía del doctor Fuchs, que encabezaba la expedición de la Commonwealth Trans-Antarctic Expedition (1957-1958); también consiguió ascender por primera vez al Herschel.

    Al Himalaya volverá en numerosas ocasiones para intentar objetivos alpinísticos. Entre otras, realizará las primeras del Ama Dablam (6.987 m.), Thamserku (6.367 m.) y Kangtega (6.767 m.), además de intentos en el Makalu (8.481 m.) y este del Everest.

    También visitará el Himalaya en busca de aventura. Así, en 1968, explorará los ríos del este del Nepal utilizando dos pequeñas embarcaciones. En 1977 Edmund Hillary remontará el Ganges desde el océano hasta su nacimiento, al pie de las cimas del Himalaya. Otra tarea en la que se empeñará será en la de la búsqueda del mítico Yeti, para llegar a la conclusión de que se trata de una criatura mitológica. Desde el año 1961 Hillary volverá todos los años al Himalaya combinando las expediciones alpinísticas con los proyectos de ayuda al pueblo sherpa. Los esfuerzos de Edmund Hillary se materializarán en 25 escuelas, 2 hospitales, 12 clínicas, numerosas conducciones de agua, construcción de puentes, altipuertos, y arreglo de caminos. Asimismo, Edmund Hillary trabajará en un programa de repoblamiento forestal del Parque Nacional del Sagarmatha (Everest). También colaborará duramente para recaudar fondos para la reconstrucción del Monasterio de Thyangboche, destruido por un incendio en enero de 1989.

    Tras su ascensión al Everest, la reina Isabel II de Inglaterra le nombró Sir. Asimismo, Edmund Hillary ha sido embajador de su país en la India, Nepal y Bangla Desh, y también ha sido condecorado por las Naciones Unidas por su intensa labor en defensa y protección del medio ambiente. Esta tarea junto con sus proyectos de ayuda al pueblo sherpa han ocupado un lugar fundamental en su existencia. Por ello, ha sido directivo de la Fundación Internacional World Wildlife, representante especial de la Unicef para los niños del Himalaya, y presidente honorario de Mountain Wilderness.

    En 2003, el año de la conmemoración del 50 aniversario del primer ascenso al Everest, Sir Edmund Hillary se describió a sí mismo en la revista National Geographic como «un viejo neozelandés que se divirtió superando varios desafíos durante su existencia». «La victoria en el Everest me parece menos importante en muchos aspectos que otras actividades que he realizado a lo largo de mi vida, especialmente las dedicadas a mejorar la suerte de mis amigos sherpas», añadió.

    Ese mismo año fue nombrado por el gobierno nepalí ciudado de honor de Nepal, un reconocimiento que no había recibido hasta entonces ningún extranjero.

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